Sanadores en la Calle del Sol

Dibujo realizado por DELAO

"Ciudades" de Jorge Cembranos

Jorge Cembranos, la pasión por la profesión

Aunque “profesional” es un adjetivo que no se suele utilizar en el mundo del arte, tomando en ocasiones un matiz peyorativo, y es que un mundo gobernado por la inspiración no podemos más que imaginarnos la profesionalidad como un enorme manto gris envolviendo y enturbiando todo aquello que la pasión quiere hacer brillar, existen sin embargo algunos afortunados que han sabido llegar a alcanzar ese punto de profesionalizar la pasión y apasionar la profesión, este es el caso de este fotógrafo leones residente en Cantabria desde hace años Jorge Cembranos.

Profesión que ejerce con la más que relevante capacidad y aplicación, sabedor y trasmisor de su oficio como nadie, desde la habitación oscura para llegar a alcanzar los píxeles más lejanos, con la pasión, el entusiasmo, la exaltación y el ímpetu que los niños ponen en sus juegos.

“Ciudades” es el título del proyecto en el que actualmente se encuentra inmerso, una serie de fotografías de gran formato con una propuesta clara por parte del autor, crear sus propios espacios imaginarios.
A partir de un conjunto de palets de madera, unos adoquines agrupados, algunos envases de café o el interior de un órgano, Jorge nos invita a “colarnos” en sus fotos en la búsqueda de otras realidades, como Alicia se coló a través del espejo para descubrir el mundo al otro lado.

Si la cara es el espejo del alma, las fotos de Jorge son los espejos que hablan de él y por él, claras, limpias, inteligentes y sin artificios, así son sus fotos y así es él.


María Ángeles

"A través de mi Argus" de Javier Lamela

La polémica entre fotográfia analógica-digital deja de tener sentido si te das un paseo por las fotos de Javi Lamela expuestas desde el pasado día 16 de Marzo en la Casa de Cultura de Santoña, y es que este argentino residente desde hace años en Cantabria nos invita a reflexionar sobre como las artes, representación del resto de las cosas de la vida, pueden dejar de ser contradictorias y contrarias para pasar a ser aditivas y complementarias.

Gracias a Javi por su reflexión compartida, por su amabilidad, su humildad y su generosidad.

Muchachito Bombo Infierno

Mientras Mario Beneditti defiende la ALEGRIA como una trinchera, como un principio, como una bandera, como un destino, como una certeza o como un derecho, va a ser Jairo Perera el encargado de regalar y entregar, de transmitir y contagiar, de repartir y compartir su ALEGRIA, porque tan importante como defenderla es vivirla y tan importante como escribir de ella es cantarla y bailarla.

Se puede empezar el año de muchas maneras, pero quizás una de las mejores sea cantando y bailando al ritmo vertiginoso que nos marca Muchachito, y eso fue precisamente lo que paso el 2 de Enero en Logroño en el Festival Actual, que todos los que allí estuvimos fuimos testigos de esa explosión de alegria que desborda desde su bombo hasta su guitarra.

Declaremos entre todos el año 2010 como año internacional de la ALEGRIA, y que sea Muchachito su “embajador de la mejor voluntad”.

Feliz 2010

Lisette Model

La fundación Mapfre presenta un recorrido por la carrera de esta grandísima artista desde 1934 a 1956, con una selección de fotos dentro de 6 proyectos bien distintos: "Promenade des Anglais", "Reflections", "Running Legs", "Lower East Side", "Pedestrians" y "Sammy´s Bar".

Gervasio Sánchez Premio Nacional de Fotografía 2009

foto: Sofía y Alia perteneciente a "Vida minadas"


... el año pasado (2008) Gervasio recibió el Premio Ortega y Gasset, y aquí parte de su discurso:
"...señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.

Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad.

Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.

Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película “Cuentos de la luna pálida” de Kenji Mizoguchi.

Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luís Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantespolíticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte".


Gracias Gervasio