jueves, 27 de agosto de 2009

El pasado mes de junio tuve la oportunidad de visitar el Teatro Museo Dalí, y dentro de amplísima variedad de obras me llamó poderosamente la obra “Don Quijote”, y fue así como mirando los brazos, piernas, tronco y cabeza del ingenioso hidalgo convertidos en remolinos, (dos veces molinos) de viento, pensé la fascinación que Dalí tuvo por el Quijote y la que hubiese tenido este con aquel.

Los principios fundamentales de locura y absurdo defendidos tan arduamente por los artistas surrealistas, fueron en Dalí una máxima a seguir no sólo durante toda su obra sino durante toda su vida y fueron sin lugar a duda parte fundamental en la vida de Don Quijote.

Ante una obra de Dalí, el espectador reflexiona sobre la particularísima forma de captar y entender la vida, ante cualquier pintura, ilustración, escultura nos planteamos como este genio veía el mundo que le rodeaba.

Asistir a una exposición de Salvador Dalí es compartir su propio mundo y así sucede con las obras expuestas en “El Observatorio Del Arte” que con La Magia de la Ilustración, nos podemos sumergir un poco más en el mágico punto de vista del de Figueres.


1 comentario:

Sara Morante dijo...

Doy fe de que la exposición estuvo muy bien... Qué grabados, madre mía, qué calidad.